Continuamos con los consejos para cuidar tu nuevo hogar y que dure mucho tiempo en perfectas condiciones. Si en la primera entrega hablábamos de la ventilación y la calefacción, en esta ocasión trataremos de la fontanería y de los suelos laminados o de madera.
Muchas de estas ideas están recogidas en el manual que nuestro equipo de postventa entrega a los nuevos propietarios de las viviendas de Abaigar. Así pueden conocer con detalle todos los aspectos que conciernen al mantenimiento de su casa.
Fontanería
Con respecto a la fontanería, una primera norma básica es que si la vivienda no se va a utilizar durante mucho tiempo, es recomendable dejar cerrada la llave de paso general de agua fría y caliente.
Por otro lado, cuando comenzamos a usar las instalaciones, resulta normal que el agua tenga un sabor y olor desagradable. Proceden de los productos mecánicos empleados en la mecanización de las tuberías, sustancias no tóxicas que al poco tiempo desaparecen.
Los malos olores también se perciben tras períodos sin uso o ausencias prolongadas en las viviendas, y suelen deberse a los desagües. El agua acumulada en los sifones baja de nivel por la evaporación y facilita la liberación del mal olor. Por eso, se recomienda abrir el grifo de los sanitarios para que el agua del sifón recupere su nivel y actúe de barrera.
También dentro de la fontanería, en relación con los sanitarios, hay que tener especial cuidado con los golpes accidentales, ya que el esmalte puede rajarse o romperse.
Todos los sanitarios, a excepción de la bañera y el plato de ducha, disponen de llaves de corte parciales que permiten la reparación de la pieza averiada a la vez que se utilizan otros elementos de la fontanería de la casa. Si el problema se encuentra en la bañera o la ducha, es necesario cerrar la llave de corte del baño.
En ocasiones en que se realizan instalaciones de fontanería en el exterior, como por ejemplo, la colocación de electrodomésticos, hay que tener en cuenta que estarán expuestos a la intemperie y pueden verse afectados por la climatología.
Asimismo, como las terrazas presentan una leve pendiente para evacuar el agua, deberán estar calzados. En situaciones en que se prevé una baja temperatura, se aconseja no utilizarlos y cerrar la llave de paso.
Suelo laminado
El suelo laminado, al igual que el suelo de madera natural, experimenta dilataciones y contracciones según los cambios de temperatura y humedad. Por eso, no conviene atornillarle piezas porque podríamos impedir la dilatación y causar fracturas. Por ejemplo, si colocamos topes en las puertas, es preferible que vayan pegados.
Con respecto a la dilatación, se recomienda que la vivienda esté correctamente ventilada para que la madera o el laminado no experimente cambios bruscos y la humedad del ambiente esté equilibrada. El suelo laminado que colocamos en Abaigar tiene la calificación antiestática asF2, que indica que para evitar problemas de electricidad estática, el nivel de humedad ambiental ha de ser superior al 40%.
Por eso, además de la ventilación, es oportuno usar plantas como reguladores naturales de la humedad o poner depósitos de agua en los radiadores para contrarrestar la sequedad causada por la calefacción. La calefacción por suelo radiante también es idónea para evitar el resecamiento del ambiente.
Si hay suelos laminados también en la cocina, suele poseer características especiales para para resistir el contacto con el agua, aunque siempre hay que tener cuidado.
En próximas entregas os daremos más consejos de mantenimiento. Si tienes alguna duda, contacta con nosotros.