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¿Por qué es importante el certificado de eficiencia energética?

La lucha contra el cambio climático depende también de realizar un uso más eficiente de los recursos energéticos.

Nuestra vida cotidiana se está llenando de pequeños hábitos para llevar un día a día más sostenible, como coger menos el coche, separar los residuos, optar por un consumo más responsable y cuidar de la naturaleza en la medida de nuestras posibilidades.

Estos millones de aportaciones personales tienen a la larga un efecto muy positivo sobre la viabilidad futura del planeta y, sobre todo, generan una gran conciencia medioambiental, pero no son suficientes. Porque el grueso de la contaminación depende de factores que van más allá de la actuación individual, como la actividad industrial, los medios de transporte y los sistemas de construcción y gestión de los inmuebles, tanto de uso residencial como terciario.

Por ese motivo, en los últimos veinte años se han impulsado políticas públicas tendentes a que la eficiencia energética esté muy presente en las infraestructuras y los edificios. De hecho, se estima que el 40% del consumo energético y el 30% de las emisiones de CO2 en la Unión Europea, por ejemplo, están ligado a la utilización de los inmuebles. Desde comienzos del siglo XXI, en las normas sobre edificación y rehabilitación de viviendas y otros equipamientos es exige que se cumplan determinados estándares.

El certificado de eficiencia energética

Y ya desde el año 2013 es obligatorio que todos los edificios dispongan de su correspondiente certificación de eficiencia energética, con el propósito de sacar a la luz sus carencias y fomentar una mejora ostensible de su consumo de energía. Debemos pensar que dicha mejora se traduce en mayor protección del medio ambiente, una reducción del gasto y, también, más confort para los usuarios. Las medidas adoptadas ayudan a tener una temperatura más estable en el interior, lo que redunda en el bienestar de las personas.

La certificación es importante para todo tipo de inmuebles, pero parece más relevante en el caso de los de nueva construcción. Se pueden incluir desde el primer momento las instalaciones, materiales y equipamientos con los que lograr la máxima eficiencia. Como resultado, se ha convertido en un elemento clave en la decisión de compra. Una vivienda eficiente es más confortable, ayuda a combatir el cambio climático y supone un importante ahorro en el consumo de energía.

Aspectos que determinan la eficiencia energética

Como punto de partida, hay que señalar que el clima del área geográfica en la que se encuentra el inmueble es un condicionante para determinar la eficiencia. Según la zona, será más o menos necesario utilizar calefacción o refrigeración, por ejemplo. Además de él, se estudian apartados como:

  • La superficie y orientación de las fachadas exteriores.
  • Los materiales de construcción, con especial atención a los sistemas de aislamiento térmico.
  • Las ventanas y otros huecos, en cuanto al material, características del acristalamiento, propiedades de conducción de la energía.
  • Las instalaciones usadas para generar calefacción, refrigeración, ventilación y agua caliente.

A partir del análisis de estos componentes y otros se realizan unos cálculos, con los que se califica la situación energética del inmueble, con un rango que va de la letra A (muy eficiente) a la G (poco eficiente). Las viviendas antiguas y que no hayan sido rehabilitadas suelen obtener las puntuaciones más bajas, y ello repercute en la valoración del inmueble.

La vivienda nueva debe tener la calificación A

Por su parte, las viviendas de obra nueva suelen alcanzar la máxima calificación, fruto de que en ellas se han aplicado estándares constructivos mucho más exigentes, que se reflejan en las fachadas y envolventes térmicas, los muros interiores, las canalizaciones y las instalaciones para gestionar la energía.

Resulta obvio decir que, si pensamos adquirir una vivienda, hoy no debemos conformarnos con menos de una certificación energética A. Constituye una inversión más responsable y, también, más rentable, puesto que se ahorra en el consumo de recursos y está probado que la durabilidad del inmueble es muy superior.

Las viviendas de la nueva promoción Nova Txantrea tienen calificación energética AA

En Abaigar hace años que seguimos este principio. Todas nuestras promociones reciben la calificación energética A, incluso con índices superiores a los mínimos exigidos por la normativa. Es un asunto que nos gusta explicar con rigor a nuestros clientes cuando vienen a conocer su futura vivienda, porque forma parte de los activos que no se ven y que, sin embargo, se traducen en hogares mucho más confortables.

Por eso, hablamos de materiales de aislamiento, del grosor de los cristales, del uso de energías renovables o de equipamientos más eficaces como la calefacción por suelo radiante, las calderas de condensación o los recuperadores de calor. Estos y otros elementos conforman una vivienda que favorece la salud y el bienestar de los ocupantes y que contribuye a frenar el deterioro del planeta. ¡Entre todos sumamos!