¡Más lecturas para el verano! En nuestra segunda propuesta de lecturas hemos querido ir un poco más allá de la casa y hemos escogido libros que nos hablan ella, sí, pero sobre todo, del hogar, el que todos necesitamos para sentirnos seguros y sobrevivir ante la adversidad.
En estos tiempos, en que de nuevo vemos con impotencia a miles de personas desplazadas por causa de las guerras o por la necesidad urgente de hallar un porvenir, os recomendamos varias obras que nos recuerdan la fragilidad en la que vivimos y que nos empujan a perseguir un mundo mejor.
La tierra más salvaje, de Lauren Groff
Este libro relata la experiencia de una joven inglesa del siglo XVII que ha escapado de la vieja Europa para hallar un futuro más prometedor en las nuevas tierras de la América por descubrir. Confía en hallar su hogar definitivo en medio de una naturaleza bella y salvaje cuyo rigor supera seguramente las esperanzas que se había forjado. Lo que aventuraba ser un paraíso bien diferente del infierno que ha dejado atrás quizá no resultará tan maravilloso.
Ocaso y fascinación, de Eva Baltasar
A veces no es necesario llegar hasta lugares lejanos para vivir una odisea. En esta novela de Eva Baltasar se retrata la precariedad de quien no alcanza las condiciones mínimas de bienestar pese a tener trabajo, formación y una herencia social digna. Los avatares de la protagonista transcurren en el marco de viviendas con todos los lujos de los que ella no puede disfrutar.
La casa de la orilla, de Daphne Du Maurier
De esta célebre escritora británica ya seleccionamos el pasado verano una obra clásica, Rebeca, en la que la mansión Manderley tenía vida propia. En este libro también hay una casa como escenario destacado, una puerta para realizar viajes al pasado y encontrarse con personas de otras épocas que vivieron en el mismo espacio, pero en muy diferentes circunstancias. El protagonista se encuentra ante la disyuntiva de quedarse en el mundo que le ha tocado, que no le satisface, o vivir la ensoñación de un lugar al que no pertenece.
El jardín de los Finzi Contini
La deliciosa y dramática novela de Giorgio Bassani muestra el esplendor de una casa antes de que se desate la tragedia, el holocausto que afectará a miles de italianos de origen judío. La vivienda de los acogedores Finzi Contini y su hermoso jardín es el lugar al que acuden muchos vecinos para vivir la belleza, aunque sea brevemente, y eludir por unos días o unas horas el horror del fascismo y de la guerra que avanza en su país.
Serenata para Nadia, de Zülfu Livaneli
Aunque haya transcurrido muchísimo tiempo, hay heridas que no curan. Y, al final de la vida, todavía nos empeñamos en tratar de recuperar lo que perdimos. En este libro del escritor turco, el protagonista vuelve a Estambul después de casi sesenta años para intentar recuperar la memoria de su esposa, que para él era su verdadero y único hogar. Igualmente, el marco terrible de la Segunda Guerra Mundial emerge desde el pasado para avisarnos de que no podemos dar nada por olvidado, superado o concluido.
Las propiedades de la sed, de Marianne Wiggins
La Segunda Guerra Mundial es también el escenario en el transcurre buena parte de esta novela. Sobre esta contienda se está escribiendo mucho en los últimos años, gracias a que se dispone de más información, mayor distancia de los hechos y, seguramente, menos complejos. En Las propiedades de la sed se narra un hecho poco conocido desde Europa: el internamiento en campos de concentración de ciudadanos de Estados Unidos de origen japonés y el drama que llegó a sus vidas después de haber experimentado brevemente el «sueño americano».
Tren a Samarcanda, de Guzel Yájina
Los días de verano son el tiempo idóneo para las lecturas largas y apacibles, en las que nos podemos sumergir durante horas en historias fascinantes. Así es Tren a Samarcanda, un libro que relata el viaje de más de cuatro mil kilómetros por la Unión Soviética de un convoy de quinientos niños enviados para sobrevivir. Esta es una de las muchas novelas que rescata dramáticos episodios de la historia del régimen soviético durante su periplo hacia el paraíso comunista que nunca llegó.
Confiamos en que alguna de las obras de esta selección os acompañe durante las vacaciones. ¡Feliz verano!